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Localizado en la comarca occidental de la provincia de Cuenca, Tarancón se sitúa en un punto donde confluyen las tierras de Madrid, Guadalajara y Toledo. Destacando tres puntos de importancia: Segóbriga, Uclés y Tarancón. Segóbriga, situada a unos cuatro kilómetros de Saelices, fue una de las ciudades romanas engrandecidas y voluminosas. Plinio la denominó "Cabeza de la Celtiberia" y poseía lugares de recreo que aún se pueden visitar dada su conservación como el teatro, el circo y las termas o baños públicos. Era un lugar

 

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Uclés en la Edad Media y Tarancón en la Edad Moderna. En los tiempos más antiguos, no cabe duda que el lugar más importante de la comarca era la ciudad de Segóbriga, a unos cuatro kilómetros de la actual Saelices. Plinio la llamó «Cabeza de la Celtiberia». Los romanos la engrandecieron y la dotaron hasta de hermosos lugares de recreo, como el teatro, el circo y las termas o baños públicos, que todavía pueden verse entre las ruinas. Por esta ciudad pasaban algunas calzadas que conducían a otras ciudades importantes. Tenía un acueducto para surtir de agua potable a la población. En tiempo de los visigodos, siglos V al VIII, fue cabeza de diócesis y conocemos los nombres de algunos de sus obispos, como Nigrino y Sefronio, que murieron con fama de santos. Se han hallado restos de su basílica o catedral. En esta época Tarancón ya está en la historia. Pero solamente eso. Es un pequeño poblado, dependiente, entodo, del punto central de la comarca, que era Segóbriga. Los primeros vestigios de religión católica los hallaríamos en esta época. Algún sacerdote instruiría en la fe a los taranconeros de entonces, súbditos en lo espiritual de los obispos de Segóbriga. Hay una cierta probabilidad de que Riánsares fuese hacia el siglo VII un monasterio de benedictinas, teniendo por titular a la Virgen María. Cuando llegan los árabes, en el siglo VIII, y la población en general huye, no sabemos qué pudo pasar exactamente. Segóbriga fue arrasada, quizás por sus mismos habitantes, los cuales se fueron hacia el norte de España. Lo mismo pudo pasar con los pocos pobladores de Tarancón. Las monjas desaparecieron y nunca más volvió Riánsares a ser monasterio, aunque sí que, pasada la dominación musulmana, se siguió en aquel lugar dando culto a la Virgen con el titulo de Riánsares. La imagen que perdimos en la guerra civil era del siglo XIII, es decir, traída después de la reconquista .